MADRID, 7 Sep. (CulturaOcio) -
Ha pasado un mes desde que la segunda temporada de La Casa del Dragón terminara su andadura en HBO Max y todavía queda lejos el estreno de una tercera tanda de capítulos. Con todo, George R.R. Martin decidió abordar recientemente un cambio clave en la pasada entrega y que, augura el escritor, inevitablemente repercutirá negativamente en la próxima. El autor de la novela en que se basa la ficción publicó un texto en su blog, que eliminó horas después, explicando en detalle el importante papel que jugaba en el destino de Rhaenyra cierto personaje del que la serie ha prescindido.
((ATENCIÓN: ESTA NOTICIA CONTIENE SPOILERS))
Si bien son varias las licencias que la serie se ha tomado respecto del material original, la novela Fuego y Sangre escrita por Martin, el creador de Poniente ha hecho hincapié en una de ellas. Así, el novelista ha expresado su desacuerdo con la eliminación del príncipe Maelor, hijo menor de Aegon y Helaena, de la ficción.
Quizá el evento más significativo del que forma parte el joven príncipe es el episodio de Sangre y Queso. En el libro, los asesinos contratados por Daemon obligan a Helaena a elegir cuál de sus dos hijos varones morirá y ella, tras intentar ofrecer su propia vida para salvar a ambos, elige al más pequeño, Maelor, de tan solo dos años. No obstante, los hombres demuestran su lado más cruel matando a Jaehaerys y haciendo saber a Maelor que su madre lo había escogido a él para morir.
En la serie, al no existir Maelor, el cruento episodio ocurre de manera ligeramente distinta. Los asesinos solo piden a Helaena que indique cuál de los mellizos durmientes es el varón. En el fondo, el resultado es el mismo tanto en la novela como en la serie, Jaehaerys, el primogénito de Aegon, es asesinado a sangre fría. No obstante, el autor echa en falta el desgarrador dilema al que se enfrenta la madre, una tortura psicológica por sí misma, y señala que este trauma es clave en su obra.
EL PAPEL DE MAELOR EN EL LIBRO
Así, en Fuego y Sangre, cuando Rhaenyra está a punto de tomar Desembarco del Rey, Helaena aún tiene a dos hijos con vida, la princesa Jaehaera y Maelor, y Alicent, temiendo por su seguridad, trata de sacar a ambos infantes de la ciudad. El encargado de escoltar a Maelor es Ser Rickard Throne pero antes de que consigan atravesar Puenteamargo, el pequeño es arrebatado de sus brazos por una multitud enfurecida, que acaba haciéndolo pedazos en su lucha por la recompensa prometida por Rhaenyra.
"¿Aparecerá algo de eso en la serie? Tal vez... pero no veo cómo. Las mariposas parecen prohibirlo...", reflexionaba Martin en su post, haciendo referencia a un desastroso "efecto mariposa" que habría desencadenado la eliminación de Maelor de la ficción. "Maelor por sí mismo significa poco. Es un niño pequeño, no tiene una línea de diálogo, no hace nada de importancia salvo morir... pero dónde y cuándo y cómo, eso sí importa", argumentó.
En la novela, cuando la noticia de la muerte del joven príncipe llega a oídos de Helaena, quien desde el episodio de Sangre y Queso "apenas podía soportar mirarlo, sabiendo que ella lo había elegido para morir", se quita la vida. "El dolor y la culpa son demasiado para ella", explica Martin.
LAS REVUELTAS DE DESEMBARCO DEL REY
"La reina Helaena, un alma dulce y gentil, es muy querida por el pueblo de Desembarco del Rey. Rhaenyra no lo era, así que cuando empezaron a surgir rumores de que Helaena no se suicidó, sino que fue asesinada por orden de Rhaenyra, el pueblo llano se apresuró a creerlos...", expresó el autor en su blog.
Fuego y Sangre describe entonces cómo la muerte de Helaena provocó una revuelta del pueblo contra Rhaenyra. "Aquella noche, Desembarco del Rey se alzó en una sangrienta revuelta. Los disturbios empezaron en los callejones y recovecos del Lecho de Pulgas, donde tanto hombres como mujeres furiosos, ebrios y atemorizados surgieron por centenares de las tabernuchas, los reñideros de ratas y las cacharrerías. Desde allí, los amotinados se extendieron por toda la ciudad, clamando justicia para los príncipes muertos y su madre asesinada", narra el libro.
Y es que, tal y como argumentaba Martin, "Maelor por sí mismo no es esencial". "Pero si perderlo significa que perdemos también Puenteamargo, el suicidio de Helaena y las revueltas, bueno... eso es una pérdida considerable", observa el autor... Al fin y al cabo, el descontento del pueblo llano es un factor clave en la caída de Rhaenyra y en los futuros compases de la Danza de Dragones.