MADRID, 27 Oct. (CulturaOcio) -
Rhaenys Targaryen, la hermana del fallecido rey Viserys, ha sido uno de los personajes más destacados y carismáticos de la primera temporada de La Casa del Dragón. Y es que, después de protagonizar uno de los momentos más épicos en el final del noveno capítulo, la orgullosa y valerosa tía de Rhaenyra es la única persona que no se arrodilla ante la nueva reina y legítima heredera al Trono de Hierro. La conocida célebremente como 'La reina que nunca fue' tiene, sin embargo, varias razones para no hacerlo... comenzando precisamente por su sobrenombre.
((ATENCIÓN: ESTA NOTICIA CONTIENE SPOILERS))
En el décimo y último capítulo de La Casa del Dragón, Rhaenyra es coronada después de celebrar el funeral de su hija Visenya, que nació muerta después de que la princesa se enterase (gracias a la propia Rhaenys) del fallecimiento de su padre y de la usurpación de su trono por parte de la reina Alicent y de Otto Hightower, quienes coronaron al príncipe Aegon.
Los presentes en el funeral se arrodillan ante Rhaenyra, pero Rhaenys se mantiene firme, aunque la expresión sonriente de su rostro deja entrever que está satisfecha al ver a los estirados y orgulloso señores de la corte hincar la rodilla en tierra ante una mujer.
Una expresión que vuelve a aparecer en su rostro al comprobar que Rhaenyra hace valer su autoridad sobre Daemon y que muestra endereza para no comenzar la guerra, actitud que hace que Rhaenys tenga en más alta estima todavía a su sobrina.
Cabe recordar que, como mostró el comienzo del primer episodio de La Casa del Dragón, Rhaenys -hija del legítimo heredero del rey Jacaerys después de que muriera sin ser coronado- perdió la corona en favor de Viserys. Ser mujer fue para ella un hándicap insalbable y fue excluida de la línea sucesoria, pasando entonces a la historia de Poniente como 'La reina que nunca fue'.
Algo que, sin embargo, no pareció importarle a Viserys para nombrar a su hija como legítima heredera e intentar cumplir así con la profecía de La Canción de Hielo y Fuego, el sueño de Aegon sobre un príncipe Targaryen que uniría a los Siete Reinos frente a un enemigo común.
Sin embargo, como ocurrió con ella, Rhaenys sabía que Poniente no aceptaría a Rhaenyra como reina, por lo que siempre estuvo especialmente atenta al devenir de los acontecimientos. Más todavía después de la misteriosa muerte de Laenor, el esposo de Rhaenyra e hijo de Rhaenys, que provocó que tanto ella como su marido Corlys (la Serpiente Marina) se mostrasen más alejados de la princesa.
Pero después de lo que vio en el funeral, tras el cual discutió con Corlys la lealtad de la Casa Velaryon a Rhaenyra, ambos deciden que finalmente la apoyarán en la Danza de los Dragones. "Jace, Luke y Joff son pretendientes al trono, y no estarán a salvo mientras Aegon sea rey", le dice a su marido refiriéndose a sus nietos. "Esa muchacha es quien mantiene el reino unido. Los hombres que la rodean quieren que lleve el reino a la guerra, y Rhaenyra es la única que ha conservado la entereza", argumenta para terminar de convencerle.
De hecho, en el final del episodio 10 de La Casa del Dragón, Rhaenys toma la iniciativa en los planes de Rhaenyra al decir que llevará a su dragón Meleys a patrullar el Gaznate, lo que ayudará a los negros a paralizar el comercio de los verdes. El libro Fuego y Sangre de George R.R. Martin desvela que Rhaenyra se aleja de la estrategia de batalla mientras llora la muerte de su hijo Lucerys Velaryon, y Rhaenys Targaryen y Corlys Velaryon pasan a liderar su consejo de guerra... Algo que deberá revelar la segunda temporada de La Casa del Dragón.
