MADRID, 25 Feb. (CulturaOcio) -
Hunters, la serie sobre un comando que caza nazis exiliados en Estados Unidos tras escapar después de la derrota en la Segunda Guerra Mundial, sigue generando polémica. Una polvareda que han levantado, especialmente, algunas de las secuencias que recrean las atrocidades perpetradas por los alemanes en los campos de concentración.
Concretamente, la asociación de memoria histórica de Auchtwitz criticó duramente la escena que representa un ajedrez humano de prisioneros y en la que un maestro de ajedrez judío es obligado a jugar una partida contra un oficial nazi en la que los presos mueren cuando son eliminados del tablero. La asociación señaló que secuencias como esta son "un tontería peligrosa" ya que estas "inexactitudes históricas" alimentan las teorías de los "negacionistas" del Holocausto.
David Weil, el creador de la serie, ha respondido a estas críticas a la producción de Amazon Prime Video, y este brutal pasaje en concreto. "Hablando específicamente de la escena de la partida de ajedrez, se trata de un hecho ficticio. ¿Por qué sentí que esta escena era importante para el guión y para la serie?", se pregunta Weil en declaraciones a Variety en las que destaca que lo es "para contrarrestar más poderosamente la narrativa revisionista que blanquea lo que perpetraron los nazis, al mostrar el sadismo y la violencia más extrema -y figurativamente veraz-, que los nazis perpetraron contra los judíos y otras víctimas".
Así, Weil, de ascendencia judía, alega que si bien es "cierto que los nazis perpetraron actos de sadismo y tortura generalizados y extremos", no quiso "representar esos actos específicos y reales tan traumáticos" precisamente para respetar a las víctimas y supervivientes reales de los campos de concentración.
En este sentido, el creador de Hunters ya emitió previamente un comunicado en el que subrayó que la serie "no es un documental y nunca pretendíamos serlo". En este punto, señaló que su desafío fue "contar una historia sobre el Holocausto" pero hacerlo "sin tomar nada prestado de la vida o experiencia específica de una persona real".
Uno de los detalles más curiosos de la serie es que se aseguraron de que todos los números de identificación de los presos que aparecen en los campos de concertación superaran el número 202.499, el último número registrado en Auschwitz, para no representar a alguien que realmente estaba allí. "No quería que uno de nuestros personajes tuviera el número de una víctima real o un superviviente real", insistió.