MADRID, 21 Jun. (CulturaOcio) -
La segunda temporada de Dark, la exitosa serie alemana de Netflix, acaba de estrenarse en la plataforma. El drama, que ocurre en 2019, está centrado en la inesperada desaparición de Mikkel, un joven perdido en una cueva cercana a los bosques de la ciudad Winden, y la posterior investigación de Jonas, uno de los adolescentes implicados en el caso.
En la primera temporada, Jonas descubre que las familias clave de la Winden forman parte de un ciclo temporal y están vinculadas al suicidio de Michael, el padre de Jonas, meses antes de la desaparición de Mikkel. Con la guía del Extraño, un misterioso personaje, decide embarcarse en un viaje entre diferentes épocas para rescatar a Mikkel, descubrir su propio pasado e intentar arreglar las cosas.
La serie vertebra su narración en torno a tres momentos temporales diferentes separados por un ciclo de 33 años: el primero, en 2019, el segundo, en 1986, y el tercero en 1953. Y, de hecho, la acción de la ficción explora cómo viajar entre tiempos diferentes ha afectado a la pequeña ciudad de Winden tras la desaparición del pequeño Mikkel. Pero, ¿cómo funcionan los viajes en el tiempo en Dark?
LA CUEVA
La principal herramienta para viajar en el tiempo es la cueva del bosque de Winden. La cueva quedó afectada tras un accidente en 1986 en la instalación nuclear de la ciudad en el que una fuga radioactiva se filtró hasta la cueva, creando un agujero de gusano. Ciertos túneles se convirtieron entonces en puertas que llevan a otro tiempo.
Sin embargo, cada puerta temporal ofrece a quien la traspasa la posibilidad de avanzar o retroceder 33 años en el tiempo según el camino que tome. La cueva se activa cada 33 años, cuando las mismas estrellas se alinean, quedando inerte después de este periodo. Para recorrer estos caminos, Jonas, el Extraño -que resultó ser el Jonas de un futuro distópico- y otras personas que han viajado en el tiempo a través de ella han creado una red de cadenas que les guíen a lo largo de la ruta deseada.
LA CAJA DEL TIEMPO
El modo principal para moverse a través del tiempo del Jonas del futuro es la Caja, aunque la primera temporada de la serie no aclara si ésta puede activarse en cualquier momento o sólo durante el periodo de actividad de la cueva. La primera vez en la que se explica su funcionamiento es cuando el Extraño viaja para encontrarse en 1953 con H.G. Tannhaus, un relojero e ingeniero al que deja los planos de la caja para que pueda diseñarla y que también recibe otras versiones -como la de Claudia- y elementos que le permiten completar su creación.
Taunhaus recibe del Extraño 'Un viaje a través del tiempo', un libro futuro que él mismo escribirá, para finalizar el diseño del aparato. De hecho, todas las herramientas que Taunhaus utiliza para crear la caja, como el teléfono móvil, vienen del futuro. La Caja succiona a quien la usa con un agujero negro, de acuerdo con la regla de los 33 años que también se aplica a la cueva.
LA CÁMARA DE TORTURA DE NOAH
El gran antagonista de la primera temporada es Noah, un sacerdote de un grupo ocultista, y el culpable de que los niños de Winden hayan desaparecido en el pasado, encontrándose sus cadáveres en tres épocas diferentes: 1953, 1986 y 2019. El sacerdote empezó a usar la máquina del tiempo en 1986 como cámara de tortura, atando a los niños para ver cómo atravesarían la corriente temporal, lo que concluye con la muerte de éstos y la dispersión de sus cuerpos inertes en distintos momentos.
Aunque Noah no tiene formación científica, parece que ha dominado los viajes en el tiempo, pues aparece en todas las épocas con el mismo aspecto, sin haber envejecido. Lo que no se sabe es si ha aprendido a utilizar su máquina de tortura o, por el contrario, tiene una caja igual a la que diseñó Taunhaus en su poder.
Siguiendo la primera hipótesis, tampoco está claro de dónde obtiene su energía la cámara de Noah, pues no hay componente radioactivo que pueda abrir un agujero de gusano. Debido a la fuerte convicción religiosa, que tiene tatuados varios pasajes bíblicos, no sería de extrañar que la energía que permite al sacerdote viajar en el tiempo sea de naturaleza mística o, yendo ya más allá, incluso que estos viajes obtengan su energía de las almas de los niños muertos tras las torturas.