MADRID, 13 Jul. (CulturaOcio) -
En The Walking Dead nada está garantizado. Las dificultades a las que se enfrentan los pocos supervivientes a un Apocalipsis Zombie pueden llevarlos a la tumba de la noche a la mañana, algo que también puede suceder con el contrato de los intérpretes que los encarnan. Ese fue, al menos, el caso de uno de ellos.
Cuando Laurie Holden se incorporó al reparto de la serie estrella de AMC, firmó un contrato por 8 años, la duración que se estima que tendrá la serie. Así, habría dado vida a Andrea hasta el final de la ficción, un personaje que sigue vivo en la novela gráfica. Sin embargo, un cambio de planes le hizo morder el polvo en la tercera temporada.
En una Convención de fans de The Walking Dead celebrada en Nueva Jersey, la actriz ha confesado: "Se supone que iba a formar pareja con Rick y salvar Woodbury montada a caballo. Hasta iba a comprar una casa en Atlanta". No obstante, tuvo que cambiar sus expectativas y afrontar una nueva realidad.
"Recibí una llamada a las 10 de la noche el día anterior de rodar de un productor ejecutivo que ya no forma parte de la serie. Decía que no era capaz de escribir el episodio y que mataría a mi personaje", comenta con cierta indignación.
De hecho, la sorpresa fue tal que ninguno de los miembros del equipo de The Walking Dead contaban con este revés. "Cuando nos llegó el guión todos lloriqueamos un poco. Me sentí como si me hubieran disparado. No imaginábamos que iba a suceder lo que pasó", revela.
Esta decisión se tomó bajo la producción de Glen Mazzara, un showrunner muy polémico que acabó de forma abrupta con la vida de varios protagonistas de The Walking Dead cuando los fans menos lo esperaban y recibió todo tipo de críticas.