MADRID, 24 Ago. (CulturaOcio) -
En la franquicia Dragon Ball, múltiples razas y especies han ido apareciendo a lo largo de los años y décadas. Los protagonistas han tenido que vérselas con guerreros de toda clase de planetas, de universos y hasta con dioses. Pero de entre los humanos nacidos en la Tierra, la saga ya ha dejado claro quién es el más fuerte.
En esta categoría no entran Goku, Vegeta, ni sus hijos, ya que son saiyans. Tampoco Piccolo por ser namekiano. Ni otras especies que sí son terrícolas pero no humanas. Quienes sí se encuentran entre los candidatos son Krillin, Yamcha, Ten Sin Han, Chaoz o el Maestro Roshi.
Según los mangas de Dragon Ball Super, es precisamente este último quien supera en poder a todos los demás. A pesar de su apariencia frágil y extremadamente envejecida, el primer maestro de Goku ya demostró en la primera serie, Bola de Dragón, ser un luchador formidable. Pero en Dragon Ball Super se ha revelado como el mejor de su especie.
La primera gran muestra ocurrió en el número 39 del manga de Super. En él, los guerreros Z están enfrascados en el Torneo de Poder. Goku está luchando contra Jiren, el gran adversario para la victoria. Parece que nadie pueda hacerle frente, pero el Maestro Roshi sustituye momentáneamente a su pupilo. Y cuando Jiren ataca, ocurre algo inesperado.
Roshi es capaz de esquivar todos sus golpes, algo que despierta el interés de los dioses Beerus y Wish. Incluso llegan a plantearse si ha sido capaz de dominar una técnica tan complicada como el Ultra Instinto, el máximo nivel al que Goku ha llegado (y que en aquel momento ni siquiera había alcanzado aún). Wish desecha esa posibilidad, argumentando que aunque tiene un cierto parecido, está a años luz de dicha técnica.
En cualquier caso, el dios celebra la espectacular habilidad de Roshi. La explicación que da la deidad a esa capacidad de movimiento es la avanzada edad del maestro de artes marciales. Sus años le han otorgado una gran sabiduría, y eso le da una notable ventaja sobre Killin y el resto de humanos.
La segunda ocasión en que Dragon Ball Super ha demostrado que Roshi es el mejor de su especie es en el arco de Moro. Cuando los secuaces del villano escapan de la prisión galáctica y atacan la Tierra, los humanos deben defenderla sin la ayuda de Goku ni Vegeta. Y todos ellos logran sus victorias, pero también dolorosas derrotas. Excepto el viejo Maestro.
Su único fracaso fue que sus habituales pensamientos impuros le impedían derrotar a tres oponentes femeninas. Pero para solucionarlo decidió ponerse una venda en los ojos. A partir de ese momento, su concentración creció hasta el punto de que de nuevo consiguió esquivar sin problema todos los golpes de sus rivales. Una vez más, Roshi dejaba claro que sus niveles de poder están muy por encima de los de cualquier otro humano.