MADRID, 27 May. (CulturaOcio) -
En Mi reno de peluche, el personaje de Martha (Jessica Gunning) está inspirado en Fiona Harvey, una mujer que supuestamente acosó al creador, Richard Gadd. Ahora que se conoce la identidad de la mujer, una excompañera de trabajo de Gadd ha salido en su defensa, poniendo en duda las acusaciones de acoso.
La mujer, que trabajó con Gadd en un pub de Londres, ha concedido una entrevista al Daily Mail. "Algo no encaja en que él se presente como la parte inocente y esté siendo acosado. Simplemente, no encaja con mi percepción al trabajar allí", aseguró.
"Trabajé allí los mismos años que él y con el mismo personal. Había una broma subyacente. Me siento mal por ella. Ella era claramente vulnerable y estaba sola. Creo que ella era el blanco de las bromas entre los hombres del personal y él la confundió para reírse. Ella debió tener la impresión de que a él le gustaba por eso, de ahí el supuesto acoso", relató.
La mujer aseguró que Gadd y el personal "cogieron a alguien que era vulnerable y pensaron que era divertido". "Realmente me da pena por ella. Está claro que no está muy bien. ¿Por qué perseguirías a alguien que claramente no es estable?", agregó.
Además, la testigo dijo que Harvey era clienta habitual del pub. "Ella era una cara familiar. Iba tal vez tres veces por semana. Siempre estaba sola. Nunca estuvo con nadie. Entraba y simplemente compraba refrescos. Se sentaba en la mesa, generalmente en la esquina, bastante lejos de la barra", rememoró.
"Venía simplemente buscando interacción humana. El personal hablaba de ella. La historia que ha retratado realmente no refleja en absoluto el entorno en el que trabajé. Estaba buscando un poco de compañía porque había gente con quien hablar y creo que él tomó eso como una broma, y ahora ha ganado mucho dinero con eso y ella sigue siendo objeto de burla", lamentó la entrevistada.
En el primer episodio de la serie de Netflix, el personaje de Gadd le ofrece a Martha una taza de té gratis porque ella parece enfadada. "Eso sin duda no sucedió. Ella no bebió té, como él dijo, no había té", declaró la trabajadora.
"Era un lugar de trabajo muy misógino. Siempre hacían bromas sobre mujeres y personas que se enfocaban en mujeres e intentaban acostarse con ciertas personas. Esa era la cultura. Yo también sufrí eso. Me hizo sentir incómoda, pero sentías que tenías que aguantarlo para poder recibir tu salario. Había una alianza entre las mujeres que trabajaban allí. Nos cuidábamos unas a otras porque sabíamos cómo eran", aseguró la mujer, que reveló que entre sus compañeros se compartieron detalles íntimos de ella y también fue objeto de burla. "Era simplemente una cultura de consumo de drogas, alcohol y promiscuidad en términos del personal y en general", lamentó la entrevistada, que afirmó que dejó el trabajo por su "bienestar".