MADRID, 25 Oct. (CulturaOcio) -
Desde que Agatha, ¿quién si no? se adentrara en la misteriosa Senda de las Brujas, cada capítulo ha estado enfocado en uno de los integrantes del aquelarre. En el séptimo episodio le llega el turno a Lilia que, como hicieran Jen, Alice y Agatha antes que ella, debe superar una prueba relacionada con su magia... y dada la naturaleza de la misma, el tiempo juega un papel primordial, dando como resultado una entrega repleta de saltos y visiones que conviene explicar.
((ATENCIÓN: ESTA NOTICIA CONTIENE SPOILERS))
Desde el principio, Agatha, ¿quién si no? ha contado con varios personajes misteriosos... y aunque aquellos encarnados por Aubrey Plaza y Joe Locke llamaban particularmente la atención, el de Patti LuPone presentaba sus propias incógnitas. A pesar de que la identidad de Lilia Calderu estaba clara, sus poderes de adivinación y sus frecuentes lapsos, en los que decía cosas aparentemente sin sentido, prometían cobrar importancia antes o después y así ha sido finalmente en el séptimo episodio de la ficción.
Titulado 'La muerte me guiará', el capítulo confirmaba que ni Jen ni Lilia habían perecido después de que Billy las arrojara a unas arenas movedizas, algo que, por otro lado, ya se sabía debido a los adelantos. Así, mientras el joven Maximoff y Agatha continúan su camino, las otras dos brujas deben recorrer un túnel subterráneo para reunirse con ellos, pero Lilia comienza a comportarse de manera extraña.
"El hijo de la Bruja Escarlata nos ha echado de la Senda", le explica Jen a Lilia y, aunque esta al principio parece sorprendida por la revelación, enseguida comprende que es algo que ha debido decir ella misma, aunque en ese momento no se acuerde. "Decías que podía pasar, pero te noto muy sensible", le señala Jen, una frase que al fin da sentido a uno de los misteriosos lapsos de Lilia en anteriores capítulos. "Decídete, ¿estoy sensible o estoy rara?", exclamaba la bruja sin venir a cuento en el cuarto episodio.
Lilia enseguida retrocede a lo que parece ser su pasado en Sicilia, con su antiguo aquelarre, cuando todavía está aprendiendo a ser bruja. Tal y como le revela a Jen más tarde, el tiempo no es algo lineal y ella, debido a sus poderes, no lo experimenta de esa manera, sino que es capaz de viajar de un momento de su vida a otro. "El flujo del tiempo es una ilusión, Jen y poca gente se da cuenta. De pequeña vivía la vida de forma desordenada, tenía como visiones, como lapsos, ahora vuelvo a tenerlos y está empeorando", explica.
¿HA MUERTO LILIA?
Al ser cuestionada sobre por qué sus visiones están empeorando, Lilia dice que tal vez se deba a que "se acerca el final". Y aunque con esto, Jen interpreta que su compañera se refiere al final de la Senda, esa no parece ser la respuesta. De hecho, en los últimos compases del capítulo y tras leerse las cartas del tarot a sí misma, Lilia se queda atrás para enfrentarse a las Siete de Salem, abrazando al fin su destino, la Muerte, cayendo hacia arriba, hacia un techo con espadas colgando y, presumiblemente, pereciendo junto a las Siete.
Sin duda, todo el capítulo conduce a esa conclusión. Se desvela que Lilia lamenta no haber podido salvar a su primer aquelarre, pero su maestra le advierte que la muerte le acaba llegando a todo el mundo y en el túnel reconoce a Rio como lo que es en realidad... la misma Muerte. Así, tras dar sentido a sus visiones y aceptar lo que le espera, el viaje de Lilia se cierra, algo que se ve reforzado por la última escena, en la que aparece ella de joven frente a su maestra, lista para comenzar su lección, en una representación de su vida no lineal.