MADRID, 23 Dic. (CulturaOcio) -
Con el estreno de su sexto y último episodio, la primera temporada de Dune: La profecía ha llegado a su fin... No obstante, y teniendo en cuenta que la ficción ha sido renovada para una segunda entrega, el capítulo no ha ofrecido respuesta a todos los misterios que se habían ido planteando. De hecho, ha dejado una importante incógnita relacionada con Desmond Hart y sus extraños poderes, de los que, en todo caso, ya se sabe un poco más.
((ATENCIÓN: ESTA NOTICIA CONTIENE SPOILERS))
En los últimos compases del quinto episodio de Dune: La profecía y a través de la máquina Anirul, Tula descubría la verdadera identidad de Desmond, que resultaba ser el fruto de su relación con su antiguo amante y prometido, Orry Atreides, a quien asesinó junto a casi toda su familia para vengar a su hermano.
Titulado El enemigo de la mano en alto, el sexto capítulo muestra, con flashbacks al pasado, por qué la joven Harkonnen abandonó a su hijo cuando solo era un bebé... Y es que, viendo los planes que su hermana Valya tenía para él, prefirió dejarle elegir su propio destino, apartándolo de la Hermandad y fingiendo su muerte.
También en el último episodio, Tula continúa investigando la causa de las extrañas muertes provocadas por Desmond, haciendo patente que el poder del soldado curtido en las batallas en Arrakis para quemar vivas a sus víctimas es en realidad un virus de origen nanotecnológico activado a través del miedo. Convencida de que su hijo no nació siendo un arma, sino de que alguien lo transformó en una, la Harkonnen parte hacia Salusa Secundus en su busca.
El reencuentro entre madre e hijo se da a pocos minutos del final de la entrega, Tula llega justo a tiempo para salvar a su hermana que, encarándose con Desmond, le había exigido que le mostrase el final que le había vaticinado. Siguiendo la voz de Tula, Valya es capaz de atravesar sus miedos y tiene una visión, un momento de clarividencia en el que presencia el pasado de su oponente.
En la visión, un enorme gusano de arena se dispone a devorar a Desmond y luego, un par de ojos azules sin pupila, eléctricos, brillan sobre un fondo negro... imágenes familiares para todo aquel que haya seguido la serie y que enseguida dan paso a una escena mucho más misteriosa. Las luces azules resultan no ser la mirada de un dios o un ser sobrenatural, sino formar parte de una especie de robots cirujanos que extraen el ojo de Desmond, poniéndole un implante, probablemente la fuente de su poder, antes de volver a colocarlo en su rostro.
VIAJE A ARRAKIS
Valya no llega a ver a la persona o personas detrás de las máquinas inteligentes, aunque, dada su silueta, en la que se astisba algo que podría ser un velo sobre su cabeza, bien podría tratarse de un antigua componente de la Hermandad. Por otro lado, también muy brevemente en la visión aparece un sol que podría ser la evidencia de que el experimento se llevó a cabo en Arrakis. Es gracias a esta última pista, de hecho, que Valya decide viajar hasta el planeta desértico para intentar dar con su temible enemigo.
En todo caso, lo que deja claro la ficción es que todavía hay un enemigo por descubrir, quien quiera que convirtiese a Desmond en lo que es. Y si bien el guerrero parece poder controlar el virus a placer, las últimas revelaciones abren la puerta a que quizá esté siendo controlado por su implante tecnológico... y que los recuerdos de haber sido devorado por Shai-Hulud sean falsos. Es más, puesto que Desmond parece ser un experimento y no el elegido de un dios, cabe la posibilidad de que haya otros como él y que sus letales habilidades no sean tan únicas como se podía pensar.