MADRID, 20 May. (CulturaOcio) -
Después de ocho temporadas, Juego de Tronos ha llegado a su fin. Muchas teorías se han atrevido a aventurar qué podría ocurrir con el Trono de Hierro, algunas, incluso, han acertado. Tras diez años de serie, ocho temporadas, 73 capítulos e innumerables muertes, hay un nuevo gobernante en Poniente. Pero tan improbable como su identidad, es la forma en la que el nuevo monarca se convierte en el mandamás de Desembarco del Rey.
((ATENCIÓN: ESTA NOTICIA CONTIENE SPOILERS))
Después de la terrible batalla de 'Las campanas', en la que Daenerys asoló Desembarco del Rey a lomos de Drogon, su sobrino y amante, Jon Snow, terminó con la vida de la heredera legítima al trono antes de que la Madre de Dragones pudiera siquiera sentarse en el Trono de Hierro. Aegon Targaryen le asestó una letal puñalada en el corazón mientras, con enorme pena, eso sí, le daba su último beso. Tras su muerte, Drogón apareció iracundo, fundió el Trono de Hierro con su fuego y se llevó el cadáver su madre lejos de la capital en ruinas.
Eso dio paso a un salto temporal de dos semanas en las que Jon Snow, el legítimo heredero al trono, ha estado preso tras su magnicidio. Los Inmaculados encabezados por Gusano Gris han tomado la ciudad y quieren ejecutarlo, mientras que las huestes norteñas se agolpan fuera de las maltrechas murallas de Desembarco del Rey y, según dice Sansa, amenazan con entrar y arrasar con lo poco que queda si no dejan con vida a su hermanastro.
Esta es la delicada situación que ha dejado la muerte de Daenerys cuando Tyrion, al que mandó apresar y condenó a muerte Daenerys por la liberación de Jaime Lannister, aparece en escena. La puñalada de Jon le salvó de la ejecución y ahora el que fuera Mano de la Targaryen comparece en Pozo Dragón ante una ilustre audiencia. Allí se han reunido los hombres y mujeres más poderosos de los Siete Reinos. Representantes de ilustres casas que, de momento sin rey, se amenazan unos a otros con volver a guerrear... para que la rueda no pare.
Pero la intervención de un encadenado pero aún locuaz Tyrion Lannister, apuntalada por las siempre sabias palabras de Ser Davos, tienen una capacidad de persuasión inesperada, casi mágica en realidad, entre los nobles y señores. Así, tras numerosas deliberaciones en torno al futuro de los Siete Reinos, una cumbre decidió que el gobernante de los Primeros Hombres, Rhoynar y Ándalos sería Bran Stark.
Todos aceptan por unanimidad que el Cuervo de Tres Ojos, el hombre que más sabe de la historia de Poniente porque la contiene toda, sea quien rija los designios tras la Gran Guerra. Todos... excepto Sansa, que muestra su apoyo a su hermano pero se niega a hincar la rodilla y termina proclamando la independencia del Norte.
La elección de Bran como rey de los ahora Seis Reinos no es casual, ya que, como justifica Tyrion, tiene una gran historia por detrás, y son las historias las que perduran en la mente de los ciudadanos. Además, el Cuervo de Tres Ojos no puede engendrar, por lo que así acabaría el reinado basado en los linajes y las dinastías. A partir de ahora en Poniente nadie nace con el derecho de ser rey y, después de la muerte de monarca, se repetiría una cumbre para elegir un nuevo gobernante.
Este amago de democracia, nunca a través de sufragio universal -una idea peregrina que propuso Sam Tarly y que terminó con la carcajada generalizada de las élites de Poniente- ya estaba adelantada en la escena en la que Jon acuchilla a Daenerys entre lágrimas. Después de la muerte de su madre en la desmantelada sala del trono, Drogon funde el Trono de Hierro con sus llamas, acabando así con el mayor símbolo de poder de los Siete Reinos y poniendo fin a una era.
EL CONSEJO PRIVADO DE BRAN EL TULLIDO
Como hizo cada monarca antes que él, Bran eligió a los personajes de los que se rodearía durante su reinado, su Consejo Privado. Tyrion Lannister, que ya fue consejero de la malograda Daenerys Targaryen, es quien Bran elige como Mano para servirle, algo que acepta como condena más que por devoción al cargo, mientras que Bronn, además de convertirse en señor de Altojardín, es también el inesperado consejero de la Moneda, puesto que en su día ocupara Meñique.
Ser Brienne de Tarth, tras escribir en el libro de la Guardia Real las hazañas de Jaime Lannister, se convirtió en Lord Comandante de la Guardia Real, y su fiel Podrick, también es nombrado caballero y pasa a formar parte de la guardia de élite que protege al rey. El consejo naval queda a cargo de Davos Seaworth, mientras que el bonachón Sam Tarly se convierte en el Gran Maestre de Bran el Tullido, el Primero de su Nombre.