MADRID, 23 Abr. (CulturaOcio) -
Shogun, la aclamada serie de FX para Disney+, ha llegado irremediablemente a su fin. El proyecto ambientado en el Japón feudal adapta la novela homónima del escritor James Clavell, quien a su vez se basó en hechos y personajes reales de finales del siglo XVI y principios del siglo XVII. Con la emisión de su décimo episodio, la serie se despide para siempre.
((ATENCIÓN: ESTA NOTICIA CONTIENE SPOILERS))
El impactante final del anterior capítulo marcaba el giro final en la contienda entre Yoshii Toranaga y el Consejo de Regentes liderados por Ishido Kazunari. Este, por medio de unos mercenarios, atacaba a los sirvientes del personaje de Hiroyuki Sanada. Un brutal atentado contra la paz que concluía con la muerte de Lady Mariko. Una desgracia que, en realidad, consumaba el plan Cielo Carmesí de Toranaga.
Y es que, tras la muerte de Mariko, multitud de aliados de Ishido se dieron cuenta de que en realidad este no protegía al resto de regentes y sus familias en el castillo de Osaka, sino que les tenía como rehenes. A su vez, el asesinato de la intérprete de Toranaga y John Blackthorne provoca aún más inestabilidad en el Consejo, con los regentes viendo al villano como su enemigo.
Pero el desencadenante definitivo del final de Shogun lo tiene Ochiba-no-kata, la madre del heredero del Taiko. Esta mujer, hasta ahora totalmente leal a Ishido, creció con Mariko durante toda su infancia, estableciendo una relación prácticamente de hermanas. La muerte del personaje de Anna Sawai hace que Ochiba se replantee por completo su postura.
De esta forma, sin el apoyo del heredero del Taiko, Ishido se ha quedado completamente solo. Nadie en Japón le apoya, lo que le deja a merced de Toranaga. La guerra ha concluido sin tan siquiera haber empezado. Tan solo ha hecho falta una serie de movimientos estratégicos de Toranaga que concluyeron con el asesinato de Mariko. El veterano señor feudal ha triunfado.
¿SE CONVIERTE TORANAGA EN SHOGUN?
En el décimo episodio de Shogun, Toranaga confirma al fin cuál era su verdadero plan. Algo que nadie más que él conocía, ni siquiera sus aliados más cercanos. Cuando Yabushige va a hacerse el seppuku por la traición a su señor en el episodio anterior, Toranaga le confiesa lo ocurrido.
Será él quien inicie, en Edo, una "nación sin guerras", una "era de gran paz". Ese ha sido el propósito desde el principio. "Si ganas, cualquier cosa es posible", sentencia Toranaga. "Incluso ser shogun", se da cuenta entonces Yabushige. "Es lo que siempre habéis querido, ¿verdad? No sois mejor que nosotros en vuestro corazón secreto", le reprocha, antes de quitarse la vida.
Durante toda la serie, Toranaga había asegurado que su deseo no era ser shogun sino servir al heredero del Taiko y mantener la paz en Japón. Ahora, en el episodio final de la serie, ha revelado que, en realidad, su plan desde el principio sí era convertirse en shogun, el líder militar único de toda la nación.
Para lograrlo, ha jugado a su voluntad con todos los protagonistas de la serie, a quienes ha ido dirigiendo como marionetas hasta lograr que Lady Ochiba y los demás regentes rechazaran a Ishido. Una estratagema tan malévola como brillante que le asegura el cargo sin derramar más sangre de la necesaria.
¿QUÉ PASA CON JOHN BLACKTHORNE?
Durante su conversación con Yabushige, Toranaga reconoce que pensó varias veces en matar a John Blackthorne, que no era ni mucho menos indispensable para su plan en un primer momento. Sin embargo, le dejó vivir porque le hacía reír. En cualquier caso, su trato con los portugueses católicos pasaba por que el marinero inglés no pudiera regresar a Europa, ya que podría traer aliados protestantes.
Los portugueses pedían su cabeza, pero Mariko negoció por Toranaga y finalmente acordaron quemar su barco, haciéndole creer que fue algún traidor en lugar del señor feudal. Aunque Blackthorne lo reconstruya, el nuevo shogun sugiere que probablemente lo queme también. El destino del personaje de Cosmo Jarvis pasa por quedarse en Japón para siempre.
Sin embargo, el décimo capítulo de Shogun arranca con una extraña secuencia que contradice lo que pasa después. Y es que se ve a un anciano Blackthorne en su lecho de muerte en su cama y rodeado de su familia. Todos son occidentales, lo que implica que en algún momento de su vida conseguiría regresar a Inglaterra. Pero hay un detalle que lo deja todo en el aire.
En su mano, Blackthorne sostiene la cruz cristiana de Mariko. Esto no es posible, ya que él mismo la arroja al agua después de la muerte de su amada. Por tanto, esa escena futura no sería real sino, quizá, una ensoñación. La novela tampoco confirma abiertamente cuál es el final del marinero, pero todo hace pensar que se quedó en Japón el resto de sus días. En cualquier caso, la duda queda sin respuesta.