MADRID, 7 Mar. (CulturaOcio) -
The Last of Us ha adaptado en su octavo capítulo una de las historias más emblemáticas de los videojuegos: la de David y su siniestro grupo de supervivientes. Ellie se cruza en su camino y los necesitará para poder ayudar a Joel, muy malherido. Un arco que ha vuelto a asemejarse enormemente al material original y que ha desembocado en uno de los momentos más crudos y brutales del proyecto de Naughty Dog.
((ATENCIÓN: ESTA NOTICIA CONTIENE SPOILERS))
Pese a que en un primer momento David y sus seguidores parecen ser simplemente otro grupo más de supervivientes que se han organizado en comunidad para intentar sobrevivir, la protagonista acabará descubriendo la verdad, que en realidad se trata de caníbales. Ante la falta de comida, estas personas se alimentan de carne humana para no morir de hambre. Y, en un elemento añadido por la serie creada por Craig Mazin y Neil Druckmann, este grupo además es una suerte de secta religiosa en la que David es su líder.
Tras su primer encuentro en la nieve, y después de apresar a la joven cuando esta intenta alejarlos de Joel, al que los supervivientes buscan ya que mató a un miembro de su comunidad, David pretende reclutar a Ellie para su causa, reconociéndole que él ni siquiera cree en Dios pero que hace lo que debe, a su juicio, para sobrevivir.
Y lo intenta a través de buenas palabras y cumplidos, diciéndole que ve en ella a una igual, una líder. "Me siguen... y nos seguirán a nosotros. Piensa en todo lo que podemos hacer juntos", le dice en una conversación que se va tornando cada vez más incómoda. Y es que las intenciones de David son muy, muy oscuras ya que es en realidad un pederasta que se ha encaprichado de la adolescente, a quien quiere reclamar como si fuera un objeto.
En primer lugar, no permite que nadie la mate. Posteriormente, se abre con ella y le explica todo sobre la vida del grupo, su pasado y su forma de ser. "Me recuerdas a mí", le indica durante su conversación, en la que le agarra las manos de manera sugerente e inapropiada.
Pero ante la radical negativa de Ellie, que responde forma rabiosa y agresiva a las intenciones sexuales de David, éste decide cortar por lo sano... literalmente. Así, llama a uno de sus esbirros, James interpretado por Troy Braker, para matar a la joven y trocearla en una mesa de carnicería para que les sirva de alimento. Pero Ellie consigue zafarse asesando un hachazo al cuello de James y escapa. Pero David no se da por vencido y sale a por su presa.
EL PUNTO DE INFLEXIÓN PARA ELLIE
Por último, llega la escena final, en la que tras una breve pero intensa persecución por el interior del restaurante en llamas, David se abalanza sobre Ellie con la clara intención de violarla.
"Forcejear un poco es lo que más me gusta. No tengas miedo, no hay que temer al amor", le dice mientras ella grita. Obsesionado con agredirla sexualmente, no se da cuenta de que ella ha conseguido alcanzar el cuchillo de carnicero que él portaba antes. Ellie le asesta un hachazo y, a continuación, se precipita sobre el violador pedófilo, clavándole el arma violentamente y sin piedad en numerosas ocasiones hasta matarlo.
Mientras ajusticia con vehemencia a su agresor, la cámara queda fija en el rostro de la joven, salpicado de sangre su cara y la propia pantalla, con las llamas de fondo. Una decisión creativa que viene a reafirmar que este capítulo traumático será un punto de inflexión que marcará a la protagonista para siempre
La secuencia es prácticamente igual a la del videojuego original, con la única gran diferencia de que las intenciones pedófilas de David no son claras o, al menos, no aparecen de forma tan explícita. Por lo demás, el asesinato del villano es idéntico, con su sangre salpicando a Ellie y la cámara.
La escena es una de las más potentes y reconocibles de The Last of Us, y desde HBO Max se ha optado por mantenerla inalterada para que quede en la memoria de los fans. La serie pondrá el punto y final a su primera temporada en la madrugada del domingo 12 al lunes 13 de marzo en España, fecha del episodio final.