George R.R. Martin estalla contra los dragones de La Casa del Dragón: "¡No, no y no!"
George R.R. Martin estalla contra los dragones de La Casa del Dragón: "¡No, no y no!" - HBO MAX
Actualizado: domingo, 28 julio 2024 10:06

   MADRID, 27 Jul. (CulturaOcio) -

   La temporada 2 de La Casa del Dragón pone el foco en el inicio de la Danza de Dragones, la guerra civil entre los Targaryen donde su arma principal son estas bestias aladas. Y es que la ficción de HBO ha centrado todos sus esfuerzos, creativos y financieros, en mostrar en pantalla a estas magníficas criaturas, convirtiéndolas en las verdaderas protagonistas de esta temporada.

   Sin embargo, pese al empeño del equipo de La Casa del Dragón para ofrecer la visión de las bestias más fiel al canon, George R.R. Martin, autor del libro Sangre y Fuego en el que se basa esta ficción y de la saga Canción de Hielo y Fuego que adaptó Juego de Tronos, ha dado su opinión sobre las criaturas con las que no está del todo conforme.

   Y es que si por algo se caracteriza Martin es por no esconder sus opiniones sobre las adaptaciones de sus obras, aunque san negativas. El escritor, que ha ejercido de guionista y productor ejecutivo en muchos capítulos, tanto de Juego de Tronos como de La Casa del Dragón y, al igual que ha aplaudido detalles o cambios en las series, también ha criticado aquellos aspectos que no quería que se salieran del canon.

NO HAY DRAGONES EN EL VALLE

   El episodio 6 de la temporada 2 de La Casa del Dragón ha cambiado el destino de uno de sus personajes al eliminar otro de los más queridos del material literario. Se trata de Rhaena Targaryen, hija de Daemon y Laena, que parece que asumirá la trama que en los libros pertencía a Nettles, una chica de clase baja que reclama al dragón salvaje Robaovejas.

   En los libros, Rhaena, que a pesar de su edad aún no ha conseguido montar ningún dragón tras huir al Valle de los Arryn con los hijos menores de Rhaenyra, ve como uno de los huevos de dragón que custodia en este viaje eclosiona y se vincula con ella. Sin embargo, en la serie de HBO Max, parece que será Rhaena la que reclame a Robaovejas, un dragón salvaje que ronda los terrenos del Valle, y el personaje de Nettles será obviado.

   Pero este notable cambio en la trama no ha sido el objetivo de las críticas de Martin. Y es que al autor no le preocupa mucho quién acabe reclamando y montando a Robaovejas... pero sí dónde. Y es que, mientras en la novela el dragón vuela libre por las inmediaciones de Rocadragón, en la serie la bestia deambula por el Valle. Un detalle con el que el escritor no está nada de acuerdo.

   "Mis dragones son criaturas del cielo. Vuelan y pueden cruzar montañas y valles, cubrir cientos de millas... pero no lo hacen a menos que sus jinetes les lleven a esos sitios. No son nómadas", aseguraba el autor en su blog. "Durante los días gloriosos de Valyria había cuarenta familias de jinetes con cientos de dragones con ellos... pero (a parte de nuestros Targaryen) todos ellos estaban cerca de los límites del Feudo Franco de Valyria y las Tierras del Largo Verano", continuó Martin.

   "De vez en cuando los jinetes pueden visitar Volantis u alguna otra colonia Valyria, incluso asentarse allí un par de años, pero nunca de forma permanente. Pensadlo. Si los dragones fueran nómadas, ya habrían arrasado con la mitad de Essos y la Maldición solo habría matado a unos pocos de ellos", recordaba el autor de la saga Canción de Hielo y Fuego.

   "De manera similar, los dragones de Poniente raramente vagan lejos de Rocadragón. Y es que, después de trescientos años, debería haber dragones a lo largo de todo el reino y todas las casas nobles contarían con alguno", continuó Martin. "Los tres dragones salvajes mencionados en Sangre y Fuego tienen su madriguera en Pozo Dragón en Desembarco del Rey o en las cavernas profundas bajo Montedragón", explicaba el escritor.

   "Luke vuela sobre Arrax a Bastión de Tormentas y Jace a Invernalia, sí, pero los dragones no habrían llegado hasta allí por su propia voluntad salvo en circunstancias muy especiales. No te encuentras dragones cazando en las Tieras de los Ríos o en El Dominio o en el Valle o viajando a las tierras del Norte o a las montañas de Dorne", aseguraba el autor.

   "La fantasía necesita tener sus normas. No es una simple licencia para hacer lo que quieras. Puede que Smaug y Desdentado sean dragones también, pero no hay que confundirlos. Ignora el canon y el mundo que has construido colapsará como un pañuelo de papel", sentenció Martin en su web aludiendo a las bestias de sagas como El Hobbit o Cómo entrenar a tu dragón.

CUATRO PATAS EN VEZ DE DOS

   Y es que los viajes de los dragones en la serie no ha sido el único detalle que se ha ganado la desaprobación del autor respecto a su material original. El universo de Hielo y Fugo describe, además de a los dragones, a otra bestia alada con la particularidad de que no lanza fuego.

   Se trata de los guivernos, unos animales que son representados con dos patas en la serie. Pese a que esto es correcto según Martin, los dragones en los blasones y sellos también deberían tener dos extremidades también frente a las cuatro patas que se pueden apreciar en la iconografía de la ficción.

   "Los dragones SÍ existen en el mundo de Poniente (los guivernos también, en el sur, en Sothoryos) pero, sin embargo, mis propios heraldos a la hora de representarlos no tienen esa excusa. Quiero decir que, en mis libros, los sellos de los Targaryen tienen dos patas, como debe ser. ¿Por qué pondría cualquier persona de Poniente cuatro patas a un dragón cuando pueden ver al animal en persona y ver sus extremidades", se preguntaba Martin.

   El creador de la franquicia hace referencia precisamente a los escudos de armas de las casa Targaryen dentro de la ficción y que las reinterpretaciones de su símbolo en el resto de Poniente no dieran margen de error en cuanto al número de piernas.

   "Mis guivernos también tienen dos piernas. Difieren de los dragones de mi mundo en tamaño, color y a inhabilidad de escupir fuego. (Hay que poner el acento en que, mientras el sello Targaryen tiene el número correcto de piernas -dos-, no es anatómicamente correcto. Las alas son demasiado pequeñas comparadas con el cuerpo y, por supuesto, ningún dragón tiene tres cabezas. Ese detalle es puramente simbólico, representando a Aegon el Conquistador y sus dos hermanas)", continuaba Martin en su entrada al blog.

   "Por si sirve de algo, las series lo hacen medianamente bien (ambas). Juego de tronos nos da los emblemas correctos de dos piernas en las primeras cuatro temporadas y en la mayoría de la quinta, pero cuando la flota de Dany sale a la luz, todas las velas tienen dragones de cuatro patas. Alguien no hizo su trabajo, supongo. O alguien buscó en el libro el blasón pero leyó lo mínimo para hacer algo. Tener poco conocimiento es algo peligroso", avisaba Martin.

   "Unos años después, La Casa del Dragón decide que el escudo de armas debe ir acorde con Juego de tronos... pero eligieron el sello erróneo en vez del bueno. Eso que escucháis soy yo gritando '¡No, no y no!'. Esas malditas patas extra incluso se han abierto paso a las portadas de mis libros, por encima de mis arduas objeciones", se quejaba el autor.

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