MADRID, 28 Jun. (CulturaOcio) -
Invasión Secreta (Secret Invasion) continúa su andadura en Disney+ con el estreno de su segundo capítulo. Una entrega que ha confirmado el aciago destino de uno de los personajes que llevaban en el Universo Marvel desde sus inicios y que también ha ofrecido, por boca del mismísimo Nick Fury, la explicación oficial de por qué los Vengadores no acuden a la batalla para frenar a Gravik con su comando terrorista de skrulls.
((ATENCIÓN: ESTA NOTICIA CONTIENE SPOILERS))
Devastado tras el atentado perpetrado por Gavrik y que costó la vida a unos 2.000 civiles, entre ellos la agente María Hill, su fiel compañera, Fury se encuentra con el Coronel James Rhodes, que está en Londres en representación del Gobierno de EE.UU.
En un pub desierto los dos viejos amigos mantienen una conversación muy tensa que termina con el despido del espia, es decir, con James Rhodes comunicando a Fury que ya no es un agente del Gobierno. Pero antes de su amargo desenlace, el diálogo entre Máquina de Guerra y Furia deja interesantes datos, como una referencia a Alexander Pierce (el personaje interpetado por Robert Redford en Capitán América: Soldado de Invierno) y la explicación de por qué ni Fury ni el Gobierno llaman a los vengadores para parar los pies a los skrulls sublevados.
Tras confesar que el Pentágono ya sabía hace años de la existencia de los alienígenenas metamorfos y estaba al tanto de la situación para evitar una posible invasión a través de la infiltración, Furia corta el discurso de Rodhes para avisarle: "La invasión es real. Ya ha pasado".
"Y lo más surrealista es que nos están invadiendo y no somos capaces de distinguir a los invasores. Lo de Moscú es solo el principo", alerta Furia. "¿Y si llamamos a nuestros amigos?", pregunta Máquina de Guerra en una clara alusión a los Vengadores que aún siguen activos en la Tierra y también fuera de ella. "No, no... no podemos precipitarnos. Mira, si los hacemos pelear contra los skrulls, si nos descuidamos acabarán suplantándolos y haciéndolos pasar como terroristas", explica el personaje de Jackson, que ante insistencia de su viejo amigo zanja la cuestión: "Esta es mi guerra Rhodey, necesito tu apoyo".
El que fuera director de SHIELD tiene, por tanto, razones a su juicio muy importantes para intentar, en la medida de lo posible, mantener fuera de esta batalla a sus viejos amigos de la iniciativa Vengadores... al menos de momento. Y es que, tal y como ya se apunta en el final de esta segunda entrega, los skrull trabajan en una máquina para mejorar sus ya temibles habilidades... lo que los convertiría en unos enemigos formidables que solo héroes de la talla de Hulk, Capitán América, Bucky, Capitana Marvel o Thor.