El Juego del Calamar: 10 cosas que no encajan en la temporada 2
El Juego del Calamar: 10 cosas que no encajan en la temporada 2 - NETFLIX
Actualizado: lunes, 13 enero 2025 10:08

   MADRID, 12 Ene. (CulturaOcio) -

   Con su temporada 2, El Juego del Calamar vuelve a ofrecer la acción y emoción que ya conquistó a los fans de la primera entrega, que convirtió a la serie coreana en un fenómeno global, además de continuar incidiendo en su crítica al capitalismo.

   Sin embargo, los siete nuevos episodios de la serie de Netflix, que arrasan desde su estreno, también han contado con algunas inconsistencias, y aquí están algunas de las sorprendentes incoherencias que se pueden encontrar en la trama de la segunda temporada.

LAS MISTERIOSAS DESAPARICIONES DE LOS JUGADORES


   Gi-hun ganó la 33ª edición de El Juego del Calamar en la temporada 1. Tal y como reveló el impactante final, el concurso se ha celebrado durante 33 años para diversión de una élite de multimillonarios. En ambas temporadas, los juegos tienen 456 concursantes, y eso significa que un elevado número de individuos desaparecen a la vez cada año. Una cantidad muy difícil de pasar por alto para las autoridades

   Consciente de esta debilidad en su trama, en la segunda temporada El Juego del Calamar hace alusión al fenómeno de las multitudinarias desapariciones. Así, el señor Kim, un mafioso que contrata Gi-hun para localizar al hombre del ddakji, habla sobre cómo han desaparecido personas. El señor Kim no cree del todo en la historia de Gi-hun, pero sí sabe que algo sospechoso está pasando.

    Todos los que le deben dinero siguen desapareciendo, pero el señor Kim no es el único que se da cuenta de esto. Muchas personas, incluido el detective de policía Hwang Jun-ho, han acudido a la policía con la misma historia sobre los juegos. Con el creciente número de personas desaparecidas, es extraño que la policía decida no investigar más a fondo.

LA INEXPLICABLE ACTITUD DE LA POLICÍA


   Enlazando con este primer punto, varias personas han acudido a la Policía por los juegos. En la temporada 1, Gi-hun acude a la comisaría, pero no le creen. Como Gi-hun no tiene pruebas, no tiene más remedio que irse.

   En la temporada 2, después de que Jun-ho despierte del coma, le cuenta la historia a sus superiores, pero ellos tampoco lo escuchan. En cambio, le tratan como un oficial deshonesto que robó un arma y se ausentó sin permiso. La Policía insiste en que no pueden hacer nada sin pruebas y, desafortunadamente, el teléfono de Jun-ho fue destruido, por lo que las pruebas ya no existen.

   Teniendo en cuenta que varias personas les han relatado la misma historia y que cientos de personas desaparecen, sorprende que la policía se niegue a investigar, incluso cuando cuentan con el testimonio de un compañero que apunta en esa línea.

EL SECRETO DE JUN-HO

   En la temporada 1, el policía Jun-ho llega hasta la isla de los juegos y se infiltra en busca de In-ho, su hermano desaparecido. Allí descubre que In-ho es El Líder y le planta cara, de manera que el villano acaba disparando al policía. Después de caer al océano, un pescador lo rescató. Jun-ho estuvo en coma por un tiempo, pero finalmente se recuperó.

   Después continuó buscando la isla por su cuenta y finalmente se unió con Gi-hun para acabar con los juegos. Pero a pesar de esta alianza, y de que su prioridad debería ser dar con su hermano por todos los medios posibles, Jun-ho no le desvela a Gi-hun que sabe la identidad del Líder, poniendo así en peligro a Gi-hun y, también, al resto de su equipo.

LA HISTORIA DEL VENDEDOR


   El hombre del ddakji recluta a Gi-hun para los juegos en la temporada 1. La entrega no da muchos detalles sobre él, pero la segunda temporada dedica la mayor parte de un episodio completo al personaje. Gi-hun lo ha estado persiguiendo durante tres años, tratando de localizarlo para dar con El Líder. Antes de que Gi-hun lo encuentre, recluta a un nuevo jugador. También va a un parque lleno de personas sin hogar para jugar con ellos, haciéndoles elegir entre un pan y un billete de lotería.

   Finalmente, Gi-hun y el hombre se encuentran y, mientras juegan a la ruleta rusa, explica que fue uno de los soldados vestidos de rojo. Además, revela que él mismo mató a su padre, algo que no solo no le supuso un problema, sino que disfrutó. Incluso cuando pierde el juego contra Gi-hun, se suicida en lugar de admitir que Gi-hun podría tener razón.

EL ACERCAMIENTO DEL JUGADOR 001 A GI-HUN


   Cuando el protagonista Gi-hun vuelve al juego, hace todo lo posible para ayudar y aconsejar a los participantes sobre cómo sobrevivir, con la esperanza de poder sacar con vida a tantos como sea posible. Como en la primera temporada, Gi-hun se hace amigo del jugador 001. En la primera temporada, el jugador 001 era Oh Il-nam, un anciano responsable de la creación del juego. En la segunda temporada, el jugador 001 es El Líder. Dado que Jun-ho no describió a Gi-hun quién era El Líder, el protagonista no conoce su verdadera identidad.

   El jugador 001 se gana la confianza de Gi-hun, quizá de forma demasiado rápida, y de su pequeño grupo. Mientras intenta acercarse a Gi-hun, le cuenta que su esposa enfermó estando embarazada. Esta historia es real, y es que El Líder vivió esa situación y acabó participando en los juegos. Lo que no aclara la serie, y probablemente resolverá en la temporada 3, es cómo acabó siendo El Líder.

LA ADVERTENCIA DE GI-HUN A LOS JUGADORES


   Gracias a los consejos de Gi-hun en Luz Roja, Luz Verde, muchos concursantes se salvan. En la temporada 1, en este juego murieron más de la mitad de los concursantes, pero en la segunda temporada, solo 91 jugadores fueron eliminados. Gi-hun les cuenta a los supervivientes que ya ha participado, pero muchos jugadores se niegan a creerle.

   Gi-hun intenta influir en el voto de los concursantes siendo honesto con los concursantes. Si la mayoría vota a favor de irse, pueden dividir el dinero que han ganado hasta el momento. Sin embargo, los concursantes quieren hacer aumentar la cifra y muchos incluso acusan a Gi-hun de ser un topo que la organización ha colocado para confundirlos. Otros quieren utilizarlo para conseguir consejos para ganar, en lugar de prestar atención a sus advertencias sobre la probabilidad de que todos mueran al final.

EL TRÁFICO DE ÓRGANOS CONTINÚA COMO SI NADA


   La temporada 1 incluyó una trama secundaria en la que algunos de los trabajadores de los juegos marcaban los ataúdes de los concursantes eliminados que en realidad no estaban muertos. Cuando se suponía que debían incinerar los cuerpos, llevaban a estos supervivientes a uno de los concursantes, un médico que extraía órganos, a cambio de información sobre el siguiente juego. Cuando El Líder descubrió lo que estaba pasando, hizo asesinar al médico y a los trabajadores.

   En la temporada 2, el tráfico de órganos continúa, pero esta vez, bajo la supervisión del Líder. En lugar de depender de un concursante, cuentan con su propio médico para realizar la extracción de órganos. Una soldado, la número 11, desaprueba estos métodos y se asegura de que todos los concursantes estén muertos. El Líder intenta que ella no interfiera en sus planes, pero la soldado le planta cara y lo acusa de cambiar su postura al respecto.

EL CONTROL SOBRE LOS CONCURSANTES


   Al final de la primera temporada, Gi-hun planea viajar a Estados Unidos para visitar a su hija cuando ve al vendedor intentando reclutar un nuevo jugador. Al darse cuenta de que el juego sigue, Gi-hun decide abandonar su viaje y encontrar una manera de detener el Juego del Calamar. El Líder habla con él por teléfono y le aconseja que suba al avión. El Líder sabe exactamente dónde está y qué está haciendo, pero... ¿cómo es posible?

   La temporada 2 responde a esa pregunta en los primeros tres minutos. Gi-hun tiene un rastreador implantado detrás de su oreja, y se lo quita en cuanto lo descubre. Gi-hun es un ganador, pero incluso después de ganar los juegos, todavía no es libre. Probablemente, los otros concursantes también tengan chips, por lo que los creadores del juego pueden rastrear a cualquier persona asociada con el Juego del Calamar, tanto dentro como fuera de las instalaciones.

LA DENUNCIA SOCIAL


   En la temporada 1, hubo una amplia variedad de concursantes, desde personas mayores que intentaban reunir dinero para sus familias, adultos que estaban endeudados e incluso delincuentes que estaban desesperados. Si bien había algunos concursantes más jóvenes, la primera temporada fue una mezcla de personas de todas las edades. Entre los concursantes de la temporada 2 todavía hay cierta diversidad, pero los jóvenes o de mediana edad son la mayoría.

   Esto tiene algunas implicaciones importantes desde el punto de vista social, pero que la serie no explota del todo sin profundizar en ellas. Ahí está la idea de que a los jóvenes ya no se les enseña cómo administrar el dinero y las estafas en Internet como las criptomonedas están en su punto más alto. Esto plantea que las generaciones más jóvenes están luchando por encontrar estabilidad financiera, tal como sucede en la vida real. Muchos jóvenes van a la universidad, acumulan una enorme cantidad de deudas y luego luchan por encontrar trabajos con salarios decentes. Mientras el coste de vida sigue aumentando, el salario mínimo no se ajusta a esos sueldos, algo que refleja la ficción surcoreana.

LOS JUGADORES SE NIEGAN A ABANDONAR


   Después de Luz roja, luz verde, muchos de los concursantes no están dispuestos a irse. Sienten que el premio acumulado no es suficiente, por lo que la mayoría vota a favor de quedarse. Después del segundo juego, los concursantes insisten en seguir, a pesar de las numerosas bajas. Cuanta más gente muera, más dinero habrá y entre menos personas se repartirá, de manera que los jugadores que quieren quedarse gritan: "¡Un juego más!".

   Sin embargo, no es solamente un juego más. La codicia de los concursantes va a más y parece no tener ningún límite llamando poderosamente la atención que no les importe ni que mueran otros... y sobre todo seguir poniendo una y otra vez su vida en un peligro mortal. Especialmente sabiendo que, si siguen adelante hasta el final, morirán todos menos uno.

Leer más acerca de: