MADRID, 13 Mar. (CulturaOcio) -
La guerra total entre Negan y las comunidades sublevadas se acerca cada vez más y no hay nada ni nadie que pueda evitarlo. Después del apacible y catártico episodio anterior dedicado a la relación de pareja entre Rick y Michonne, la séptima temporada de The Walking Dead acaba de dar un gran paso hacia delante... y por tanto, hacia el inevitable conflicto.
De todas las comunidades existentes en la ficción zombie hasta el momento, El Reino era esa que parecía más ajena a la pérdida y por tanto, al drama que conlleva y a la furia que les llevaría buscar venganza en una guerra contra Negan a la que asistirían con poco más que perder. Eso ha cambiado con la muerte de Richard y Benjamin, dos personajes poco relevantes pero cuyo asesinato será clave para el devenir de la historia.
Dos muertes que espolean narrativamente a la historia porque el exótico rey Ezekiel tendrá que ir a la guerra y Morgan deja atrás sus convicciones pacifistas en un mundo tan despiadado uniéndose a Carol, que regresa al Reino más letal que nunca... y eso no será nada, después de que el propio Morgan le revele la verdad sobre las muertes de Glenn y Abraham.
Y todo esto, mientras los Salvadores piensan que el feudo de Ezekiel continúa siendo leal a Negan después de ver a Morgan matando ante sus ojos al supuesto instigador de un plan urdido en contra de ellos. El Reino por fin está preparado para la guerra... y ahora solo falta que alguien se lo comunique a Rick.
OBJETIVO: EL SANTUARIO
La séptima temporada continúa con el objetivo de derrotar a Negan. Después de una primera mitad gris, depresiva e irregular, Rick y los suyos vuelven a unirse para buscar apoyos en su rebelión contra el carismático villano.
El letal regreso de Carol a El Reino, los "nuevos mejores amigos" de Rick y el destino de Daryl son algunas de las incógnitas que continúan en el aire mientras otros deciden hacer la guerra por su cuenta en una secreta y suicida misión para matar a Negan.
