MADRID, 22 Feb. (CulturaOcio) -
Hunters, la nueva serie de Amazon Prime, narra la historia de un equipo de judíos cuyo propósito es dar caza a los nazis que huyeron a Estados Unidos tras la Segunda Guerra Mundial.
Una historia que, por muy disparatada que pueda parecer a priori, tiene una base de realidad vinculada con las décadas posteriores a la guerra y los entresijos del gobierno de Washington.
Si bien lo nazis nunca intentaron - hasta donde se sabe - instaurar el cuarto Reich en Norteamérica, lo cierto es que muchos alemanes que habían trabajado para Hitler fueron indultados e incorporados a puestos de trabajo estadounidenses. En especial aquellos que tuvieron que ver con el desarrollo de la energía nuclear.
Muestra de ello, la serie presenta durante su primer episodio a una científica de la NASA, que había trabajado para los nazis, antes de escapar de Alemania.
Esta situación fue vivida, entre otros, por Wernher von Braun, un ingeniero que pasó de diseñar misiles para los nazis a diseñarlos para los americanos dentro de la NASA.
La acción destinada a la extracción de científicos alemanes llevó por nombre 'Operación Paperclip' y estuvo en activo desde el final del conflicto hasta 1967.
Durante la última etapa de la Guerra, el desarrollo tecnológico de los países era muy desigual. No tanto porque unos estuvieran más avanzados que otros, sino porque cada uno había logrado adelantos en campos muy diferentes.
Por ejemplo, mientras que los nazis habían logrado grandes avances en la energía nuclear, no habían conseguido descubrir el modo de hacer llegar las bombas hasta sus objetivos. A diferencia de los norteamericanos, que plantearon la posibilidad de usar cohetes autopropulsados, los alemanes seguían intentando lanzar las bombas desde cañones.
Con la victoria de los Aliados en 1945, los territorios de los países del Eje fueron repartidos entre las naciones vencedoras, quienes se encargaron de administrar temporalmente las regiones de los vencidos.
Aunque el amparo de los Aliados tenía como propósito tutelar la regeneración de los países bajo su control, tanto Estados Unidos como la URSS aprovecharon para captar los mejores cerebros de cara a sus propios intereses.
El presidente Truman creó la 'Operación Overcast', mediante la cual, se facilitaría a los inmigrantes nazis de interés la documentación necesaria para entrar en el país sin hacer demasiadas preguntas. La empresa pronto pasó a llamarse 'Operación Paperclip'
Esta nueva horneada de científicos sirvió a Estados Unidos para desarrollar su plan nuclear, además de para ganar la carrera espacial. En otras palabras, los científicos nazis fueron decisivos para norteamérica a la hora de imponer su dominio sobre la URSS en la Guerra Fría.
Entre la plantilla de científicos asimilados por el gobierno se encontraban auténticos sádicos y criminales de guerra que habían ostentado altos cargos dentro de la jerarquía nazi.
Walter Schreiber, Arthur Rudolph o Hubertus Strughold fueron algunos de los condonados por el gobierno estadounidense, a pesar de que en el conflicto habían llevado a cabo atroces experimentos humanos, sin importarles que estos fueron adultos o niños.