MADRID, 25 Nov. (CulturaOcio) -
Ya está disponible en Max el segundo episodio de Dune: La Profecía. Ambientada en el mundo creado por Frank Herbert, 10.000 años antes de los eventos relatados en la novela principal, recientemente adaptada en dos filmes de Denis Villeneuve, la serie funciona a modo de precuela. Así, la ficción se ha detenido en un ritual clave pero fugaz en Dune 2, remarcando su importancia y peligrosidad y ayudando a entender mejor lo que suponen el Agua de la Vida y el peligroso trance conocido como "la Agonía" para las Bene Gesserit.
((ATENCIÓN: ESTA NOTICIA CONTIENE SPOILERS))
Titulado Dos lobos, el capítulo 2 de Dune: La Profecía sigue a las hermanas Valya y Tula Harkonnen mientras acometen dos misiones distintas relacionadas con las extrañas muertes de la Reverenda Madre Kasha en la sede de la Hermandad y la del joven Pruwet Richese al otro lado de la galaxia. Así, mientras Valya viaja a Salusa Secundus y pide interrogar al culpable confeso de los asesinatos, Tula se queda en Wallach IX al cargo de la Hermandad y con unas instrucciones muy concretas.
Y es que antes de partir, Valya le indica a su hermana que debe desbloquear la memoria genética de la Hermana Lila, tataranieta de Raquella Berto-Anirul, para que la fundadora de la orden y primera Madre Superiora les explique las visiones que tuvo en su lecho de muerte. Desde el principio, Tula se muestra reticente a este plan por el cariño que siente hacia la joven, a la que prácticamente ha criado como una hija y sabiendo lo peligroso que es someter al ritual a alguien no preparado debidamente.
Para acceder a la memoria de sus antepasadas, las hermanas deben pasar por un proceso conocido como la Agonía, en el que deben transformar la mortal Agua de la Vida, una sustancia azul que proviene de la bilis de un pequeño gusano de arena extraída en un sagrado ritual realizado justo en el momento en que se ahoga en agua, en moléculas inocuas en su organismo. Como su mismo nombre indica, el proceso implica mucho sufrimiento y puede acarrear la muerte. Es por esto que, en teoría, las Bene Gesserit se preparan durante años antes de someterse a él y al superarlo se convierten en Reverendas Madres.
Tanto los reparos de Tula como el miedo de Lila cuando esta le comunica lo que se espera de ella remarcan no solo la peligrosidad del proceso, sino también que la joven todavía no ha recibido el entrenamiento necesario para superarlo con éxito. No obstante, dado lo desesperado de la situación, Valya considera que es lo que debe hacerse e incluso sugiere que la muchacha podría lograrlo, puesto que es una alumna aventajada.
Lila accede a pasar por el ritual y, tumbada sobre una camilla, le echan una gota de Agua de la Vida, en el ojo, lo que inmediatamente hace que comience a gritar y revolverse. Controlando el dolor con las técnicas de las Bene Gesserit, la joven es capaz de aguantar los efectos del veneno y mentalmente se transporta a un lugar similar a unas catacumbas, donde la esperan todas sus antepasadas, incluidas la Madre Raquella y Dorotea, quienes logran hablar a Tula a través de ella.
LA AGONÍA EN DUNE 2
Aunque Lila consigue lo que Valya quería, contactar con Raquella, también muere en el proceso debido a su poca preparación, que la deja indefensa ante la ira de Dorotea. Así, la serie deja claro que los miedos de Tula no eran infundados y que el ritual no es algo que tomar a la ligera... Lo que sin duda hace mirar con otros ojos ciertas escenas de Dune 2.
Y es que en la película de Villeneuve dos personajes clave se enfrentan a la Agonía pero, a diferencia de Lila, consiguen sobrevivir a la misma, demostrando su gran poder. Primero Lady Jessica y luego su hijo, Paul Atreides, ingieren la sustancia azul y sobreviven a ella... Algo particularmente asombroso en el caso de Paul y que lo confirma como el Kwisatz Haderach, ya que en teoría solo las mujeres debidamente preparadas eran capaces de tal hazaña.