MADRID, 12 May. (CulturaOcio) -
Las profecías son parte esencial de Canción de Hielo y Fuego, la saga literaria en la que se basa Juego de tronos. Y aunque en la serie estos ancestrales augurios no tienen el enorme peso que tienen en los libros, los fans los analizan al dedillo para intentar encontrar algunas pistas sobre el inminente final de Juego de tronos.
((ATENCIÓN: ESTA NOTICIA CONTIENE SPOILERS))
El 8x04 de Juego de tronos volvió a regalar a los fans algunos pasajes con esas conversaciones que tanto añoraban. Especial importancia para el futuro de los Siete Reinos fue la que mantuvieron Tyrion y Varys sobre Jon y Daenerys.
El eunuco ha sido cuestionado en numerosas ocasiones por Daenerys, poniendo en duda su lealtad y acusándole de utilizarla como moneda de cambio. "Si no le agrada un rey, conspira para derrocarlo y coronar al siguiente", decía en anteriores temporadas la Madre de Dragones. Varys nunca ha negado que su lealtad no es para con ninguna de las grandes casas de Poniente, sino que él solo sirve al interés de los Siete Reinos y de sus habitantes.
Y precisamente ahora que las hasta ahora sólidas aspiraciones de Daenerys al Trono de Hierro se tambalean -especialmente tras la revelación del verdadero linaje de Jon Snow, que le sitúa como legítimo heredero, y de sus furibundas reacciones ante las provocaciones de Cersei, Varys ya ha dejado caer que puede que la Targaryen no sea la mejor opción.
Y, como suele ocurrir con muchos giros en Juego de tronos, para encontrar la clave de esta posible traición, hay que echar la vista atrás. Concretamente, en este caso hay que retroceder hasta el séptimo episodio de la segunda temporada, titulado 'Hombre sin honor'. Con Daenerys muy lejos de Poniente, y acompañada por ser Jorah Mormont, ambos buscan a los dragones desaparecidos de la khaleesi. En la búsqueda, Jorah coincide de nuevo con la inquietante Quaithe, que en los libros de Canción de hielo y fuego pronuncia una misteriosa profecía.
"Las velas de vidrio están ardiendo. Pronto vendrá la yegua pálida, y luego de ella los otros. Kraken y llama oscura, león y grifo, el hijo del sol y el dragón del titiritero. No confíes en ninguno. Recuerda a los Eternos. Desconfía del senescal perfumado". Ese senescal perfumado al que se refería Quaithe podría ser Varys.
En la séptima temporada, ya desembarcados en Rocadragón y en una noche de tormenta, Daenerys menciona la volátil lealtad de Varys y se la echa en cara al eunuco. Él mismo no niega ninguna de las acusaciones, y Daenerys le da una oportunidad de demostrar su utilidad: "Júrame esto Varys: Si alguna vez piensas que le estoy fallando al pueblo, no conspirarás a mis espaldas, sino que me mirarás a los ojos como has hecho hoy y me dirás cómo estoy fallando".
Durante el cuarto capítulo de la octava temporada, con una Daenerys ansiosa por volver al combate con sus mermadas huestes y partir a Desembarco del Rey, Varys advierte del error que va a cometer y hace uso de esa carta blanca que Daenerys le dio en la pasada temporada: "Majestad, os prometí que os miraría a los ojos y hablaros con franqueza si pensaba que estabais cometiendo un error. Esto es un error".
La Araña ya ha cumplido con lo que prometió, y ahora que cuenta con la información de la verdadera identidad de Jon Snow, está en su mano mover los hilos a su antojo. En este momento es Tyrion la única persona que conoce sus posibles planes... y hay que recordar además que ni Daenerys ni Jon saben aún el astuto movimiento de Sansa, que rompió su promesa a Jon al revelar a Tyrion que el que creía su hermanastro era en realidad Aegon Targaryen.