MADRID, 16 Jun. (CulturaOcio) -
The Acolyte no solo ha mostrado a los fans la era de la Alta República, también cuenta con un buen puñado de personajes completamente nuevos como Mae, Osha, Yord Fandar o Kelnacca, el wookiee jedi. Sin embargo, sobre este último, hay un detalle que la serie de Star Wars ha pasado completamente por alto, incumpliendo con uno de los mandamientos que George Lucas había mantenido hasta ahora sobre los miembros de esta peluda raza.
Los dos primeros capítulos de The Acolyte comienza con Mae, una intrigante luchadora que tiene cierta conexión con la Fuerza, emprendiendo una misión de venganza contra los Jedi. Más concretamente, contra cuatro de ellos: la Maestra Indara, el Maestro Torbin, el Maestro Sol y, el Maestro Kelnacca.
La galaxia de George Lucas cuenta en su haber con muchos legendarios wookies que ocupan un lugar de honor en el universo de Star Wars. Entre ellos se encuentran el fiel y aguerrido compañero de Han Solo, Chewbacca, o el brutal y feroz Krrsantan el Negro, aunque, lo cierto es, que hasta Kelnacca, ningún guerrero wookie había empuñado jamás un sable de luz.
Esto se debe a una norma impuesta por el propio Lucas y que The Acolyte ha pasado completamente por alto. Según recuerda Collider, Lucas consideraba que los wookiee eran la única especie en toda la galaxia que no podían ordenarse como Jedis debido a su naturaleza. A su parecer, estaban destinados a cumplir con otros cometidos en el Universo Star Wars.
Se trata de un mandamiento que ha perdurado en la franquicia durante mucho tiempo. Sin embargo, en el universo expandido, considerado ahora como no canónico, ya había presentado antes de que entrase en vigor esta regla, a varios wookies Jedi que forman parte del canon de la saga, como la Maestra Teka, Lo Bacca, el sobrino de Chewbacca, durante las Guerras Clon, Burryaga, quien fue tomado bajo el tutelaje de la Maestra Jedi Nib Assek, o, Gungi, un joven Padawan que fue entrenado por la Orden Jedi
En este sentido, que el universo expandido haya desafiado las normas de Lucas para imponer las suyas propias ha permitido a series como The Acolyte que un wookie como Kelnacca demuestren que otras especies son dignas de ser un Jedi. Y, dicho sea de paso, darles una mayor profundidad y complejidad narrativa a los personajes, permitiéndoles así, brillar como protagonistas de sus propias historias dentro de la trama.