MADRID, 15 Abr. (CulturaOcio) -
Con permiso de aquel ya mítico capítulo de Bill y Frank, la relación paternofilial establecida entre Joel (Pedro Pascal) y Ellie (Bella Ramsey) fue el gran corazón emocional de la primera temporada de The Last of Us. Pero los nuevos capítulos han demostrado que, tras los terribles sucesos del hospital en el desenlace de la anterior entrega, el distanciamiento entre ambos personajes es evidente... y muy doloroso.
((ATENCIÓN: ESTA NOTICIA CONTIENE SPOILERS))
Ambientada cinco años después de los eventos de la primera temporada, la segunda entrega deja claro desde su primer capítulo que mucho ha cambiado entre Joel y Ellie en todo ese tiempo. Y es que, si bien durante la primera temporada la joven había estado tratando de acercarse a Joel hasta finalmente forjar una gran y sólida conexión emocional con él, venciendo su reticencia a que nadie ocupara el lugar de su hija fallecida, en el episodio 1 de la nueva tanda de capítulos, es el hombre quien busca desesperadamente el cariño de la joven, que se muestra muy fría y distante con él.
El distanciamiento entre ambos personajes queda reflejado en numerosas escenas, con Joel incluso acudiendo a terapia por ello, pero es en los últimos compases cuando se muestra más claramente. Recreando fielmente una escena del videojuego, Ellie y Dina comienzan a bailar en una fiesta, lo que desemboca en un beso apasionado que es interrumpido por Seth. Ante su reacción homófoba, Ellie parece dispuesta a encararse con él pero es Joel quien, sin mediar palabra, empuja violentamente al hombre y lo tira al suelo.
Lejos de agradecerle su intervención, el personaje de Ramsey estalla contra el de Pascal, una reacción que la actriz ha querido explicar. "Creo que es una gran combinación de cosas. Se ha creado mucha frustración y distancia entre ella y Joel durante estos cinco años. Entenderemos por qué y qué ha pasado. Así que está todo eso", adelantaba en declaraciones a Collider.
"Y entonces, cuando él interviene para protegerla, ella simplemente no quiere ser protegida por él. No lo necesita. No lo quiere. Creo que ella siente que es una violación de su autonomía y su privacidad, en cierto modo, y socava sus capacidades como luchadora de 19 años, básicamente. Simplemente ya no quiere que él la proteja, porque puede valerse por sí misma y está intentando tener su espacio en la comunidad por ella misma, alejada de Joel", expresó la intérprete, refiriéndose a la escena del baile.
Craig Mazin, 'showrunner' de la serie, explicó su vinculación con la relación retratada, tanto como padre de una adolescente como recordando su propio pasado como tal. "Recuerdo esos años de los 14 a los 19 y lo mucho que quería ser yo mismo y separarme. Y también sé, desde el punto de vista de los padres, cuánto duele y a la vez cuánto quieres que tu hijo crezca y se convierta en su propia persona", explicó en una entrevisita conceida a CulturaOcio.com.
¿QUÉ PASÓ EN EL HOSPITAL DE SALT LAKE CITY?
Por otro lado, e independientemente de las tiranteces normales en una relación padre-hija durante la adolescencia, no hay que olvidar que entre Joel y Ellie pende algo que va mucho más allá. Y es que cabe recordar que al final de la primera temporada de The Last of Us, Joel masacraba a varios miembros de las Luciérnagas, negándose a que Ellie muriese aun en pos de una cura contra el Cordyceps.
No obstante, cuando la joven despierta y se interesa por lo ocurrido, el hombre le miente, ocultando su decisión y la matanza que cometió para salvarla. Joel le dice que los Luciérnagas ya habían encontrado otras personas inmunes pero no lograron desarrollar una cura y que fueron atacados por saqueadores. Aunque Ellie parece aceptar su explicación en ese momento, queda claro que tiene serias dudas sobre la veracidad del relato de su compañero.
Aunque no está nada claro si en la segunda temporada Ellie ya se ha enterado de la verdad de lo que ocurrió en el hospital, causando así el distanciamiento entre los dos, tan solo la sospecha de que Joel le oculta algo podría ser suficiente para explicar su frialdad ante la figura paterna en la que tanto había confiado.