MADRID, 15 Mar. (CulturaOcio) -
A pesar de que The Mandalorian se centra principalmente en las aventuras de Din Djarin y Grogu, la serie de Star Wars está ambientada en un período bastante inexplorado por la franquicia. Concretamente, el que transcurre entre la trilogía original y la trilogía de secuelas, momento en el que el Imperio ha caído y la Nueva República ha resurgido de sus cenizas. Así, en su nuevo episodio se ha indagado en asuntos más políticos y en el destino que corrieron los soldados y científicos que servían a Palpatine tras la derrota del Imperio Galáctico.
((ATENCIÓN: ESTA NOTICIA CONTIENE SPOILERS))
De hecho, en el capítulo los dos héroes ceden el protagonismo a otro personaje ya conocido de The Mandalorian. Se trata del Dr. Pershing, antiguo científico imperial que estuvo a las órdenes de Moff Gideon. Tras la derrota del villano en la segunda temporada, el doctor lleva ahora una vida muy diferente en Coruscant.
The Mandalorian revela, siguiendo los pasos del personaje encarnado por Omid Abtahi, qué fue de aquellos que sirvieron y eran fieles al Imperio y cómo gestionó la Nueva República su lugar en el nuevo orden galáctico.
REINSERCIÓN SOCIAL
En el tercer episodio de la tercera temporada, Pershing llega a Coruscant para dar una charla ante un enorme auditorio. En ella explica sus trabajos anteriores y muestra su arrepentimiento. "Creo que la búsqueda del conocimiento es lo más noble que uno puede hacer. Por desgracia, convirtieron mi investigación en algo cruel e inhumano a raíz del intento de un individuo de utilizar la tecnología de clonación para conseguir tener más poder", asegura.
Poco después se descubre que Pershing forma parte del programa de reinserción para que los derrotados pasen a ser parte activa de la Nueva República. Ahora, y tras pasar por un centro de reeducación y orientación al que no quiere regresar, en Coruscant, el régimen político le ha otorgado la amnistía y le ha facilitado una vivienda y un trabajo junto con otros soldados y miembros del caído Imperio que, como él, han pedido perdón por sus actos.
Los beneficiarios de esta situación cuentan a su vez con una suerte de apoyo o evaluación psicóloga realizada por un droide para comprobar su evolución. Pershing parece estar totalmente dispuesto a servir a la Nueva República, y considera que sus trabajos sobre clonación -prohibidos tras la derrota del Imperio- pueden ser de gran ayuda para el progreso de la Galaxia.
Con la idea de demostrar que aún puede ser muy útil como científico y no como simple trabajador de oficina, Pershing se une a una antigua compañera de la flota de Moff Gideon, Elia Kane. El científico asume que no puede hacer nada puesto que, pese a las bondades de la Nueva República, no se les permite salir del perímetro controlado. En realidad, la amnistía que se les ha dado no es tal, ya que sus vidas están plenamente controladas.
EL LADO OSCURO DE LA REPÚBLICA Y EL DESOLLADOR MENTAL
Aun así, juntos se las ingenian para llegar hasta un depósito de naves para entrar en un viejo destructor imperial y robar materiales de laboratorio con los que el científico pueda trabajar clandestinamente. Pero al salir son descubiertos y se revela que todo era una trampa de Kane, que trabajaba en secreto para las fuerzas de seguridad de la Nueva República, para prevenir la posible traición del doctor.
El científico ha sido víctima de un malévolo engaño. Y es poco después cuando se da cuenta de que República e Imperio no son tan diferentes. Pershing es llevado a una sala en la que le atan a una camilla y le cuentan que va a recibir un tratamiento con un "mitigador 602". Él sabe perfectamente lo que es, un desollador mental.
Esta máquina es un utensilio de tortura que el Imperio utilizaba con sus presos para borrarles la mente por medio de electroshocks. "A bajos voltajes puede usarse para calmar ciertos recuerdos traumáticos. Verá colores agradables, oirá un zumbido y experimentará enseguida una gran sensación de alivio", le explica el jefe de operaciones.
Pese a las tranquilizadoras palabras, el objetivo del proceso es borrar la mente de Pushing para que no vuelva a trabajar en la clonación. Una crueldad aprobada por la Nueva República que se vuelve aún peor cuando Kane se queda sola vigilando y decide aumentar el voltaje al máximo. El sufrimiento del científico es evidente pese a que no se muestra todo su rostro.
De esta forma, se desvela que la Nueva República no duda en emplear los métodos que sean necesarios para mantener el orden y la seguridad. Aunque las intenciones sean buenas, el régimen tiene escondido un lado muy oscuro que contrasta con la buena imagen externa que se pretende dar. El próximo episodio de The Mandalorian, donde quizá se indague más en ello, se estrena el miércoles 22 de marzo.