MADRID, 22 Oct. (CulturaOcio) -
El tercer episodio de la novena temporada de The Walking Dead, titulado 'Warning signs' (Señales de alerta), resolvió uno de los grandes misterios de la tercera entrega: ¿Quién está detrás de las desapariciones de los Salvadores? Los nuevos acontecimientos, con la reaparición de Oceanside apuntan a que la paz que habían alcanzado los supervivientes es un espejismo. Además, el capítulo deja una primera pista de la llegada de unos peligrosos (y esperadísimos) enemigos.
((ATENCIÓN: ESTA NOTICIA CONTIENE SPOILERS))
Maggie se dirige a Hilltop, cargada de provisiones, cuando es interceptada por un grupo de Salvadores, quienes le reprochan por el retraso en la llegada de los víveres. Es entonces cuando aparece Justin. Al descubrir el cuerpo, las tensiones estallan entre los Salvadores y el resto de trabajadores del puente. Jed, amigo de Justin, acusa a Anne y a Daryl. Después de que Arat desaparezca, Maggie y Daryl encuentran pistas que señalan a Cyndie y otros miembros de Oceanside. Han estado matando a los Salvadores que participaron en el asesinato en masa en su comunidad, y Arat fue responsable de matar al hermano de Cyndie.
En Alexandria, Rick se entera del asesinato de Justin, poniendo en peligro todos sus planes para un futuro próspero. Aunque el protagonista admite que él también ha estado tentado por la idea de matar a los Salvadores, trata de poner orden. "Matarnos unos a otros, cuando el mundo ya pertenece a los muertos, no es la manera", asegura el líder.
Daryl parece apoyar a Oceanside, pero Maggie sigue las palabras de Rick, asegurando que la venganza perpetúa la violencia. Ambos encuentran a Cyndie a punto de ejecutar a Arat y aunque tratan de impedirlo, Cyndie relata las condiciones en las que murió su hermano, convenciendo a Maggie y Daryl, quienes se marchan permitiendo la muerte de Arat. Con sed de venganza, ambos miembros de Hilltop deciden que es hora de ver a Negan.
Carol es atrapada en el bosque por Jed, quien le pone un cuchillo en la garganta y amenaza con matarla si Rick no entreg el arma. Sin embargo Carol consigue librarse y apuñalarle con su propio cuchillo. "¿Por qué no me asesinas?", le grita. "Porque cada vida cuenta", responde Carol.
Tras la confrontación en el puente, Anne está desilusionada con su lugar en las comunidades. La superviviente posee un walkie-talkie especial para ponerse en contacto con los propietarios del helicóptero. Gabriel la sorprende hablando con ellos, y se ve obligada a admitir que ha estado entregando personas a cambio de suministros. A través del walkie-talkie, alguien se refiere a esas personas como de tipo A o B. En los cómics, los Susurradores eliminan los nombres, clasificando a los miembros como Alpha o Beta. Gabriel se niega a sacrificar a una persona. "Siempre pensé que tú eras tipo B", dice Anne a Gabriel, apuntándole con una pistola.
