MADRID, 30 Ago. (CulturaOcio) -
La segunda temporada de El Señor de los Anillos: Los Anillos de Poder ha arrancado fuerte con el lanzamiento de tres capítulos. El atracón inicial ha dejado importantes revelaciones, como el origen de la actual versión de Sauron, su transformación o la crisis monárquica desatada en Númeror. Pero otro de los momentos clave ha tenido como protagonistas a los tres anillos de poder que ya se forjaron en la primera temporada, los tres anillos de los elfos.
((ATENCIÓN: ESTA NOTICIA CONTIENE SPOILERS))
Galadriel comparece ante el alto Rey Gil-Galad para confesar que fue engañada por Annatar y que este es en realidad Sauron. La ira del rey se desata entonces y tras reprender duramente a Galadriel, reclama a Elrond las joyas. Pero este se niega: "No podemos usarlos, sin duda él los ha corrompido". "No llegó a tocarlos", esgrime Galadriel.
"Pronto caerá la última hoja dorada y mi cometido será informar a todo Lindon de que nuestro tiempo aquí ha acabado y que debemos abandonar estas tierras para siempre. Me informas que nuestro enemigo más artero vuelve a alzarse... si nos vamos ahora dejaremos a los pueblos de la Tierra Media a merced de la tiranía de un nuevo señor oscuro. Esos anillos son nuestra última esperanza y puede que de toda la Tierra Media. Este es un riesgo que debemos correr. Dámelos", ordena Gil-Galad.
"Alto rey, Sauron aún no ha acumulado ese nivel de poder pero estos anillos pueden ser el modo de obtenerlo. Deben ser destruidos", replica Elrond que, acorralado pero firmemente convencido de que los anillos encierran el mal, escapa tirándose por un acantilado en Lindon. Desde allí consigue llegar hasta los Puertos Grises para buscar el consejo de Círdan, el carpintero de barcos, el elfo "más viejo y sabio" de la Tierra Media.
En su conversación, Círdan recuerda las aspiraciones de Celebrimbor de crear objetos que pudieran "cambiar el corazón de cualquiera que los viera", y dice que debe haber tenido éxito. Elrond cree que el riesgo de que Sauron tenga si no el control total sí incluencia sobre sobre los anillos es demasiado fuerte y quiere que sean destruidos. "Hazlo y la era de los Elfos terminará. Estaremos abandonando a la Tierra Media a su destino. ¿Podrías aceptar eso?", pregunta Círdan, y Elrond dice que hacer lo contrario sería caer presa de los designios del enemigo. "Haces que tu padre se sienta orgulloso", le dice Círdan.
El alto rey Gil-Galad envía un mensajero a Eregion para revelarle a Celebrimbor la verdadera identidad del que fue su colaborador a la hora de idear, que no forjar físicamente, los tres anillos élficos.
"NO TENEMOS OTRA OPCCIÓN"
"Tus acciones no nos han dejado otra alternativa. Gracias a ti nuestro enemigo vive. Gracias a ti no tenemos más opción que poner a prueba la eficacia de los anillos. Debería ordenar ponerte unos grilletes y mandárte a los Páramos de Etten", afirma terriblemente enfadado el monarca en otra conversación con Galadriel que admite de nuevo que fue "engañada" y jura que no se detendrá hasta destruir a Sauron.
Después, Galadriel y Gil-Galad llegan hasta los Puertos Grises para intentar razonar con Elrond. Ella le dice que deben confiar en el "equilibrio" de los tres anillos, pero Elrond sostiene que hay muchas posibilidad que estén corruptos y de que, si no controrarlos totalmente, Sauron pueda influir sobre ellos. De hecho, avisa Elrond, la propia Galadriel puede estar aún bajo en influjo del poderoso hechicero, no hay que olvidar que Sauron es un maiar, uno de los seres espirituales con poderes mágicos en la mitología de Tolkien. Un grupo al que también pertenecen los istari o magos como Gandalf o Saruman.
Galadriel se da cuenta de que ha estado perdiendo el tiempo ya que Elrond no tiene los anillos, que ha entregado Círdan que ya ha zarpado para arrojarlos a un abismo abisal del que nunca podrán ser recuperados. Pero justo cuando intenta lanzarlos a las profundidades más oscuras... algo lo detiene.
Ya de vuelta en Lindon, Gil-Galad entona un canto triste sobre la caída de las hojas del arbol dorado de Lindon y avisa que "la luz de los Eldar se está apagando" y, en una atmósfera mortecina y gris, proclama la llegada de la "eterna noche". "Al final ha sucedido, nuestros días en la Tierra Media han terminado", sentencia.
Es entonces cuando Círdan irrumpe con los tres anillos afirmando que Celebrimbor ha traído la "perfección" de Valinor a la Tierra Media y ofrece las tres joyas al monarca. Elrond grita "¡No!", lo que hace que los anillos se le resbalen de la mano a Gil-Galad, y uno (Nenya) cae a los pies de Galadriel. Ella, seducida por el poder que mana del anillo, se lo pone, al igual que Gil-Galad y Círdan, restaurando inmediatamente la luz dorada del gran árbol de Lindon cuyas hojas vuelven a brotar emanando de nuevo su fulgurante luz.
Elrond se permite felicitarse por ese renacer de la casa de los elfos... pero tan solo un instante ya que está convencido de que, por ahora los Anillos de Poder han hecho maravillas, como prometieron, pero las consecuencias a medio plazo pueden ser terribles para toda la Tierra Media. Y es que, aún bajo el disfraz de Halbrand, Sauron vuelve a Eregion para intentar de nuevo hasta Celebrimbor y, tras revelarse más tarde como Annatar, forjar el resto de anillos de poder.
UN PODER SOLO PARA LOS ELFOS
"Los poderes que forjemos deben ser únicamente para los elfos", dijo Galadriel en la primera temporada cuando era consciente ya de que Halbrand era Sauron y que fue él quien ideó junto a Celebrimbor los anillos. Pero creía que si eran forjados sin la participación directa del señor oscuro no estarían sometidos a su yugo. Algo que es cierto... pero solo en parte.
Y es que, pese a las más que justificadas reticencias de Elrond, lo cierto es que los tres anillos son muy diferentes a los que posteriormente tendrán enanos y hombres. Sauron nunca tocó estos anillos ni participó directamente en su forja, por lo que no fueron contaminados por su mal aunque, al ser creados a raíz de sus conocimientos, sí que estaban sometidos, en menor medida que el resto, al Anillo Único.
Además, cada uno de los tres anillos lleva consigo una piedra preciosa, similares a las joyas de Fenor (los Silmarils) pero con la esencia de la Tierra Media en lugar de la de Valinor. Algo que les otorgaba a cada una de las alianzas unas cualidades únicas. Y además de las propiedades comunes que tienen los tres, como capacidades proféticas o "visumbres del mundo oculto", tal y como señala Galadriel en el segundo capítulo de la serie, estos son los poderes de cada uno de los anillos de los elfos.
VILYA: EL ANILLO AZUL
El más poderoso de los anillos es Vilya, que lleva un zafiro y es conocido como el Anillo Azul o El Anillo del Aire. Entre sus poderes está el sanar graves heridas (heridas del cuerpo, la mente y el espíritu) y fortalecer a quien lo lleva. Su primer portador fue el alto rey Gil-Galad que se lo entregó a Elrond cuando partió comandando las huestes elfas durante la Guerra de la Última Alianza para enfrentarse a las hordas de Sauron.
NARYA: EL ANILLO ROJO
La segunda de las piedras es un rubí empleado para el anillo llamado Narya, el Anillo de Fuego o Anillo Rojo. La joya es capaz de inspirar esperanza y encender el corazón de quienes realicen actos heroicos. El rey de los elfos se lo entrega al navegante y carpintero Círdan tal y como se ve en la serie... después será nada más y nada más y nada menos el mago Gandalf el encargado encargados de portarlo ya en la Tercera Edad.
NENYA: EL ANILLO BLANCO
El último anillo, el Anillo Diamante, Anillo del Agua o el Anillo Blanco es el que se enfunda Galadriel. También llamado Nenya, tiene también propiedades curativas y la habilidad de preservar las cosas sin que se deterioren por el paso del tiempo.
Al forjar estos tres anillos antes que el resto la serie varió el canon establecido por Tolkien, quien escribió que estos fueron los últimos en materializarse. En cualquier caso estos tres anillos eran, junto al Anillo Único, los tres más poderosos de la Tierra Media. Por eso Sauron los ansiaba más que nada y, como el resto, perdieron su poder cuando el Anillo Único fue destruido por Frodo en el Monte del Destino donde fue forjado por el señor oscuro.