La Fundación Bancaja de Valencia acoge al Joaquín Sorolla más maduro a través de alrededor de 120 obras, algunas de ellas inéditas, que muestran una faceta poco conocida de uno de los españoles más universales y su pasión por los jardines, en los que descubría los "parámetros emocionales" que buscaban él y otros artistas de la época, como Emil Nolde o Vasili Kandinski.